Una maldición que te obliga a madurar (literalmente)
Lidia Espinosa nos trae esta reseña de El castillo ambulante de Diana Wynne Jones
por Lidia Espinosa
La historia que nos atañe en este momento fue publicada en 1986 bajo el título Howl’s Moving Castle (El castillo ambulante de Howl). Pertenece a una serie de tres libros denominada Trilogía de Howl, aunque los siguientes dos libros fueron publicados muchísimo tiempo después.
Su autora, Diana W. Jones, sorprende con su estilo ligero y ameno. Fallecida en 2011, esta compatriota de J. K. Rowling llegó a publicar más de cuarenta libros desde su debut en 1973. Personalmente, espero leer pronto su serie Chrestomanci, que es la más famosa junto a la Trilogía de Howl.
Dicen que un buen libro se puede resumir en una sola oración. Este es el caso con El castillo de Howl: una muchacha mágica es maldecida por una bruja para aparentar ser una anciana. Podría haber más pero entonces tendríamos que hablar de Howl, un hombre narcisista, infantil y nada confiable, que busca la libertad usando seudónimo tras seudónimo. Juntos, Sophie y Howl conforman los papeles estelares de esta divertida historia.
Por su parte, Sophie es una joven curiosa. Trabaja en la sombrerería de su padre, ahora a cargo de su madrastra. Tiene dos hermanas, quienes tienen éxito allá a donde las envía su madrastra para que hagan una vida feliz, en cuanto a Sophie… Ella es más bien dócil, no le gustaría tener encuentros fortuitos que le cambien la vida y definitivamente no tendría la suerte de sus hermanas si por alguna razón llegase a encontrar alguien que sea para ella. Si es que hay alguien.
Así pues, Sophie se pasa la vida en la trastienda, haciendo sombreros bonitos y hablándoles, diciéndoles que están destinados a grandes cosas. Y todo hubiese seguido su curso de no ser porque un día una dama entra a la tienda cuando Sophie está sola. Se han escuchado rumores de que los sombreros de Sophie son mágicos, y la dama quiere uno idéntico al que Sophie ha vendido a cierta mujer de renombre. Pero Sophie intuye el peligro desde la desconocida y la insta a marcharse.
Entonces sucede algo que Sophie no comprende al principio, pero pronto lo hace. ¡La dama desconocida le puso una maldición! Cuando se mira al espejo, Sophie ya no es una vivaracha jovencita, sino una anciana encorvada y arrugada.
Sabe bien que no tiene alternativa, así que la muchacha-anciana escapa de su casa para vivir sus últimos días tan lejos como pueda de la ciudad. En el camino se encuentra a un espantapájaros que cobra vida con el poder de sus palabras. Por fin, más temprano que tarde, Sophie se encuentra con el castillo de Howl, ese al que dice la gente que no hay que acercarse, pues Howl devorará el corazón de las jovencitas bellas. Pero Sophie es una anciana, está cansada y tal vez sea bueno averiguar de una vez quién es Howl, después de todo, ¿qué puede ser peor que ser anciana a los diecisiete?
La historia es bonita y pausada. No pretende introducirnos a un mundo en donde la magia crea un desorden disfuncional y hay guerras, como en otras obras. De hecho, a lo largo del libro podemos encontrar personajes detallados, que se identifican a la primera y con su historia detrás cada uno. No hay gente metida al azar, para rellenar los huecos o para explicar mejor una situación. Ellos no están porque sí, sino que todos, incluyendo los personajes principales, orquestan una sinfonía para deleite del lector.
Además, creo que lo mejor del libro son esas partes que te hacen reír. Nos encontramos con un humor muy ingenuo, muy puro. A pesar de lo triste o lo enojado que puedas estar con el mundo, recordar esta lectura y a Howl puede aligerar un poco el corazón. Él y Sophie son de esos personajes que, sin tener mil páginas dedicadas a sus odiseas, logran quedarse en el corazón de sus lectores.
Así pues, Sophie enseña la importancia de tener metas, pero sobre todo de querer tenerlas. Después de todo, si fuésemos jóvenes y recibiésemos una maldición el día de hoy, ¿nos resignaríamos con tanta facilidad como hizo Sophie? ¿A escapar de casa y ver qué pasa? Para bien o para mal, la vida no es tan fácil. No nos vamos a encontrar con el/la/le bruje de turno para enamorarnos, así que, ¿qué haríamos si perdiéramos toda una vida de golpe?
Por último, no hay punto de comparación entre el libro y la película producida por el gran estudio Ghibli. Esto es porque la trama de la película es autoconclusiva y se desvía un poco (mucho) de lo que se vive en el libro. Una recomendación que la experiencia me ha dado es que es mejor ver primero la película antes de ponerse a leer el libro; no con el afán de criticar, sino para aprender poco a poco que la adaptación de un medio a otro (en este caso de la literatura a lo audiovisual) siempre conlleva transformaciones. Y porque, sí, en este caso la película es tan maravillosa como el libro.
Lidia Espinosa @medicenlidia
A veces escribe, a veces lee, pero siempre está pensando en buenas historias, comida y anime. Su nueva obsesión es Genshin Impact. Le gusta la fantasía, la ciencia ficción y el romance, y procura hacerse experta en esos temas.